El Impacto Emocional del COVID-19 en los Estudiantes en el Aula

TECNOLOGIA EDUCATIVA 

GRUPO 20 

 INTEGRANTES:

 MAGALI CAROLINA CASTRO JAYA 

 TATIANA MARIANELLA CASTILLO VERA

KEVIN GONZALO MOROCHO SAENZ

 El Impacto Emocional del COVID-19 en los Estudiantes en el Aula

Introducción:

La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después en el ámbito educativo. Más allá de la interrupción de clases presenciales, este evento global tuvo un profundo impacto emocional en millones de estudiantes alrededor del mundo. El regreso a las aulas no solo significó una adaptación académica, sino también una reconstrucción emocional, social y psicológica. Las escuelas, como espacios de contención y desarrollo integral, desempeñan un papel fundamental en ayudar a los alumnos a procesar las vivencias y emociones derivadas de esta crisis.

Características del impacto emocional del COVID-19 en el aula:

• Ansiedad y miedo: Muchos estudiantes experimentan preocupación por la salud propia y la de sus seres queridos.

• Soledad y desconexión: El aislamiento social provocó sentimientos de tristeza y una pérdida del sentido de pertenencia.

• Alteraciones en la motivación: Cambios en los hábitos de estudio y la rutina afectarán el interés y la participación.

• Dificultades en la socialización: Tras largos períodos sin contacto directo, a algunos alumnos les costó volver a relacionarse.

• Resiliencia: A pesar de todo, muchos desarrollaron habilidades de adaptación, autocuidado y empatía.

Desarrollo:

El regreso a las aulas tras la pandemia exigió una mirada más humana por parte de las instituciones educativas. El impacto emocional no fue igual para todos: mientras algunos estudiantes se adaptaron con facilidad, otros regresaron con miedos, inseguridades o duelo por la pérdida de familiares.

En este contexto, el rol de los docentes fue clave. Se convirtió no solo en educadores, sino también en acompañantes emocionales. Se incorporaron actividades como círculos de diálogo, juegos cooperativos, sesiones de expresión artística o ejercicios de respiración y relajación para atender las emociones de los estudiantes.

Asimismo, los programas de educación socioemocional adquirieron mayor relevancia. Espacios como tutorías, apoyo psicológico escolar y proyectos de convivencia saludable se volvieron esenciales para restaurar la confianza, la motivación y el bienestar emocional.

Establecer un ambiente seguro, comprensivo y flexible permitió a los estudiantes reconstruir lazos afectivos, recuperar la autoestima y reencontrarse con el sentido del aprendizaje.

Cierre:

En conclusión, el COVID-19 no solo fue una crisis sanitaria, sino también una prueba emocional para los estudiantes. La escuela, como espacio formador, tiene la responsabilidad de acompañar y fortalecer el bienestar emocional de los alumnos, sobre todo en contextos difíciles.

Reconocer las secuelas emocionales de la pandemia y trabajar sobre ellas desde el aula es fundamental para que los estudiantes puedan desarrollarse integralmente. Solo así podremos construir una educación que no solo enseñe contenidos, sino también humanidad, resiliencia y solidaridad.

     

  

                 

ENLACE DEL VIDEO 

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REFLEXIÓN:

Después de investigar y reflexionar sobre el impacto del COVID-19 en los estudiantes, me he dado cuenta de lo mucho que afectó nuestras emociones y la forma en que vivimos la escuela. Durante el encierro, sentí miedo, tristeza y muchas veces confusión. No era fácil estar lejos de mis compañeros y profesores, ni entender todo lo que estaba pasando.

Hoy entiendo que la salud emocional es tan importante como los aprendizajes académicos. Me parece fundamental que las escuelas nos den la oportunidad de hablar de lo que sentimos, de nuestras pérdidas o miedos, y que nos ayuden a adaptarnos poco a poco a la nueva normalidad.

Los docentes han sido una gran ayuda, no solo enseñando, sino también escuchando, apoyando y creando espacios para expresarnos. Si logramos aprender a manejar nuestras emociones desde ahora, estoy seguro de que podremos crecer como personas más fuertes, comprensivas y solidarias.

Por eso, creo que el cuidado emocional debe ser parte esencial de la educación, especialmente después de una experiencia tan dura como la pandemia.